lunes, 9 de marzo de 2015
El condicionamiento Operante. Reforzamiento.
El condicionamiento operante es el proceso de incitar y mantener una conducta por medio de sus consecuencias. "Cuando una conducta es seguida de determinada consecuencia, es más probable que vuelva a presentarse, y la consecuencia que tiene ese efecto se llama reforzador" (Skinner, 1971, p. 25). Por ejemplo: Trato de enseñarle a nadar a una niña; le gusta el agua pero tiene miedo de zambullirse. Esto ha obstaculizado su avance. Ahora, si le doy un dulce cada vez que se anime a sumergir su cabeza en el agua; paso a paso modificará su conducta, gratificada o "reforzada" por los dulces, lo que hará que aprenda a nadar.
Reforzamiento: un reforzador es cualquier estímulo que sigue a la presencia de la respuesta y que incrementa o mantiene la probabilidad de esa respuesta. En el ejemplo de la niña que aprende a nadar, los dulces son los reforzadores que se dan después de que muestra una conducta específica.
Los reforzadores pueden ser positivos o negativos. " Un reforzador positivo fortalece cualquier conducta que la produce: un vaso de agua refuerza positivamente cuando tenemos sed; si bebemos un vaso de agua, es más probable que volvamos a hacerlo en situaciones similares. Un reforzador negativo fortalece cualquier conducta que la reduzca o suspenda: cuando nos quitamos un zapato que nos lastima, la reducción de la presión refuerza negativamente, y es más probable que volvamos a hacerlo cuando nos lastime un zapato" (Skinner, 1974, p. 46). Los reforzadores positivos y negativos regulan o controlan la conducta. Skinner propone que toda conducta se condiciona por medio de una combinación de reforzadores positivos y negativos.
Skinner realizó sus investigaciones en animales y los reforzadores que empleó eran alimento, agua y descargas eléctricas. Resultó muy clara la conexión entre los reforzadores y la necesidad de los animales. Por ejemplo, un animal hambriento aprendía a realizar alguna tarea, como empujar una palanca, y era recompensado con alimento. fuente: Frager, R., Fadiman, J., Teorías de la personalidad, Alfaomega. sexta edición, Buenos Aires, 2010.
Terapia conductista y (cognitiva-conductual)
Terapia conductista:
http://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CCsQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.uco.es%2Fpsiquiatria%2FTema%252024%2520de%2520psicologia%2520medica.ppt&ei=TS3RVP7iL_eJsQTbpILoDA&usg=AFQjCNF_PrBJBLEU0fdcnIUmLOkl2aZG1w&bvm=bv.85142067,d.cWc
Skinner considera a la terapia un medio de control de poder casi ilimitado. Puesto que se señala al terapeuta como una muy probable fuente de alivio, cualquier promesa de recuperación o cura verdadera se convierte en un reforzamiento positivo y aumenta la influencia del terapeuta.
El objetivo de la terapia no es que el paciente se sienta mejor, se adapte o se comprenda mejor. Según los conductistas, el objetivo de la terapia debe ser modificar la forma o el orden del comportamiento, es decir, evitar que las conductas indeseables recurran y hacer que las deseables se presenten con mayor frecuencia.
A partir de esta premisa, los terapeutas conductictas han tratado con éxito algunos problemas. En una revista extensa de las terapias conductistas (Rachman y Wilson 1980), se encontraron numerosos estudios bien diseñados con resultados favorables. En estos estudios se exploran áreas como la disfunción sexual, los conflictos matrimoniales, los trastornos psicóticos y las adicciones como el alcoholismo, el tabaquismo y la obesidad.
A pesar de que hay varios enfoques en la terapia conductista, por lo general se acepta que el terapeuta conductista se interese principalmente por las conductas en sí y no por los estados interiores, ni por los antedecedentes. Según los conductistas, el síntoma es la enfermedad, no la manifestación de una enfermedad inherente y es este "síntoma" (como un Tic facial, la eyaculación precoz, el alcoholismo crónico o el temor a las multitudes) el que se trata directamente. Los síntomas no se utilizan como un acceso a la investigación de recuerdos tempranos o la perspectiva existencial del paciente.
El terapeuta es para el paciente una escucha confiable, lo que también sucede en las terapias psicodinámicas. En términos de la terapia conductista, el paciente tiene la libertad de manifestar conductas que no había expresado, como llanto, sentimientos de hostilidad o fantasías sexuales. Sin embargo, el terapeuta conductista se centra en negar el reforzamiento de estas expresiones. Al terapeuta le interesa enseñar, ejercitar y recompensar comportamientos que compitan con las conductas incómodas e incapacitantes y las eliminen. Por ejemplo, se puede enseñar la relajación progresiva como medio para reducir las reacciones de ansiedad, o bien técnicas de afirmación personal para que el paciente supere conductas de timidez.
Fuente: Frager Robert, Fadiman James; "Teorías de la personalidad", Alfaomega, grupo editor argentino S.A. Buenos Aires.sexta edición (2010)
Terapia conductual y cognitiva-conductual (Power point)
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