PSICOANÁLISIS:
BREVE GLOSARIO
ABREACCIÓN: proceso por el cual se
libera una emoción reprimida reviviendo imaginariamente la experiencia
original.
AFECTO: sentimiento o emoción adherido a las ideas, grupos de ideas
u objetos.
AGRESIÓN: en los últimos escritos de Freud, un derivado de la
pulsión de muerte, en contraste con la libido, la pulsión sexual o de vida, o
Eros. Las opiniones difieren en cuanto a si la agresión es una pulsión básica o
si le brinda al yo la energía para superar los obstáculos mediante la
satisfacción de pulsiones de autoafirmación.
INVESTIDURA: Cantidad de energía psíquica adherida a una idea,
recuerdo u objeto, o acumulada en ellos.
COMPLEJO: conjunto de ideas (y a menudo recuerdos de experiencias
reales o imaginarias) asociadas con emociones intensas, que el proceso de la
represión entierra en la parte inconsciente de la psique y que ejerce un efecto
dinámico sobre el comportamiento, parcial o totalmente, aunque la represión se
encarga de impedirlo. Freud sólo reconoció la existencia de dos complejos: el
complejo de Edipo o edípico, y el complejo de castración.
COMPLEJO DE EDIPO: aparece en la etapa del desarrollo del yo que va
de los 3 a los 5 años, y es más adelante el responsable de gran parte de la
culpa inconsciente. Las personas fijadas en el nivel edípico lo manifiestan de
muchas maneras, por ejemplo, eligiendo parejas que se parecen a uno de sus
progenitores (o a ambos).
COMPLEJO DE CASTRACIÓN: la rivalidad edípica con los padres provoca
en el niño varón la angustia de castración. La niña no la padece, pero también
ella puede sentirse “castrada”, puede tratar de mostrar que posee un sustituto
(simbólico) adecuado al pene, o experimentar angustia ante cualquier órgano,
objeto o actividad que sea para ella un equivalente del pene. Según, Freud, el
origen de este complejo se remonta a la envidia del pene. Ha sido muy criticado
por las feministas.
PULSIÓN DE MUERTE, O TÁNATOS: se diferencia del deseo agresivo de
matar a otros; es más bien la propia pulsión autodestructiva innata de cada
individuo. Freud discriminaba dos clases de impulsos: las sexuales (Eros), que
procuran y logran perpetuamente la renovación de la vida, y otras que procuran
llevar lo que está vivo a la muerte. No se sustenta en ningún principio
biológico conocido.
DEFENSA: su función contrarrestante consiste en proteger al yo
amenazado por angustias procedentes de: a) el ello, el superyó o el mundo
externo; b) la conciencia moral culposa o los mandatos del superyó; c) peligros
reales. Desde el punto de vista positivo, los mecanismos de defensa son
utilizados por el yo para canalizar o controlar las fuerzas que puedan causar
una neurosis. La defensa es una transacción entre el deseo y la realidad. El yo
modifica los impulsos de gratificación inmediata del ello y permite
satisfacción defensiva es mantener fuera de la conciencia los conflictos que
resuelve.
DESPLAZAMIENTO: pasaje del afecto de una imagen mental a otra que
en rigor no le corresponde, como ocurre en los sueños.
TRABAJO ONÍRICO: a) la función del sueño es preservar el dormir,
representando como cumplidos ciertos deseos que de otro modo despertarían al
soñante. b) el contenido manifiesto del sueño procede de diversas experiencias
sensoriales que sobrevienen durante el dormir, a las que se suman las preocupaciones
del día anterior y de los sucesos del pasado inmediato. C) a ese contenido se
le anexan deseos latentes reprimidos que provienen de los inconscientes; a fin
de eludir la censura y evitar que el soñante se despierte, tales deseos
latentes modifican o disfrazan su contenido. Esta modificación, que tiene lugar
en el inconsciente, es el trabajo onírico.
YO, ELLO, SUPERYÓ: son conceptos estructurales, “lugares”
(topografía) del aparato psíquico que no tienen una “localización” real en el
cerebro. La psique o aparato psíquico comienza siendo un ello desorganizado
(“todo lo que está presente en el nacimiento”) a partir del cual se desarrollo
el yo estructurado. La niñez va atravesando las diversas etapas libidinales
(oral, anal, fálica, edípica), en las que cambian las fuentes del ello y las
formas de placer sexual. De modo paralelo, el yo desarrolla funciones que permiten al
individuo dominar los impulsos, obrar con independencia de sus padres y
controlar el medio que lo rodea. Una parte del yo desarrolla las actividades
autocríticas del superyó, que dependen de la introyección de las figuras
parentales. La severidad del superyó proviene en parte de la intensidad de los
propios sentimientos inconscientes del sujeto durante su temprana infancia. La
energía del superyó puede derivar asimismo del ello: la tendencia del superyó a
atacar al propio sujeto brinda una salida a los impulsos agresivos de éste. El
superyó contiene tanto el pasado infantil como las funciones superiores
autoreflexivas del yo.
FIJACIÓN: la imposibilidad de avanzar adecuadamente a través de los
estadios del desarrollo libidinal puede provocar una fijación o apego a objetos
propios de las etapas infantiles previas. Las personas fijadas sufren un
desperdicio frustrante de energía a raíz de su investidura excesiva de objetos
del pasado.
CULPA: la culpa neurótica, o sea, la
experiencia de sentir una culpa inexplicable por transgresiones reales de los
valores que el paciente sostiene en forma consciente, es el resultado de
conflictos entre el superyó y los deseos infantiles sexuales y agresivos. Es
expresión de sentimientos agresivos dirigidos a uno mismo por la condena
“moral” del superyó. Las defensas tendientes a reducir la angustia pueden
también reducir la culpa.
HISTERIA: enfermedad de antaño
considerada a) de origen físico, o b) como un mal en el que estaba ausente toda
manifestación de trastorno físico. Desde Charcot, y en especial a partir del
psicoanálisis, se la considera una forma neurótica de conducta, cuyos síntomas
físicos (convulsiones, parálisis, perturbaciones de la visión, audición, etc.)
proceden de disfunciones psíquicos. Antes el diagnóstico afirmaba que era un
mal exclusivamente femenino o “uterino”;
Freud rechazó esto, pero siguió pensando que de algún modo se conectaba
con la sexualidad. Las dos formas reconocidas de la histeria son: a) histeria de conversión, una variedad de
psiconeurosis en que los síntomas se presentaban como dolencias físicas (p.ej.,
el caso de Anna O.); y b)histeria de
angustia, hoy conocida como fobia (p.ej., el caso del pequeño Hans). El
síntoma de las fobias es una angustia neurótica extrema experimentada en
ciertas situaciones (v.gr., claustrofobia o angustia en los espacios cerrados)
o frente a determinados objetos (v.gr., arañas, serpientes o caballos, como el
caso del pequeño Hans). La persona de carácter fóbico contrae el hábito de
abordar las situaciones que probablemente le traigan angustia o conflicto ya
sea a) evitándolas rígidamente, o b)
buscando y obteniendo placer en actividades peligrosas, que suelen suscitar
angustia a los demás.
PULSIÓN: impulso biológico innato a la acción, que tiene: a) una
fuente biológica, b) una cantidad de energía, c) una meta que es la
satisfacción y d) un objeto para obtener dicha meta. La dificultad para hallar satisfacción
u objetos que le brinden provoca
frustración y aumenta la tensión pulsional, vivenciada como dolor. De acuerdo
con el principio de placer, este dolor busca alivio y desencadena mecanismos de
defensa a fin de reducir la tensión. La angustia es modo de reaccionar del yo
frente a la tensión pulsional que estimula sus defensas. Freud sostuvo que una
pulsión puede tener cuatro destinos o “vicisitudes”: a) la represión, b) la
vuelta hacia la persona propia (en la que ésta pasa a ser el objeto de la pulsión),
y d) el trastorno hacia lo contrario (p.ej., la sustitución de un rol activo
por uno pasivo).
IMPULSO: en neurología, el impulso nervioso es la onda eléctrica
que recorre la fibra nerviosa. Freud describió también los movimientos de
energía psíquica de esta manera: las mociones pulsionales “viajan”, por
determinadas vías, desde el ello hacia el yo, donde son a) descargadas en la
acción, b) inhibidas, c) modificadas por los mecanismos de defensa, o d)
sublimadas.
INHIBICIÓN: un proceso es inhibido cuando “cambia de vía” por la
acción de algún proceso. Así, el temor puede inhibir el deseo sexual, etc.
Normalmente las instancias inhibidoras son el yo o el superyó, y el proceso
inhibido, una moción pulsional. La inhibición puede considerarse un síntoma.
INTROYECCIÓN: proceso por el cual la relación con un objeto
(externo) se reemplaza por un objeto psíquico imaginario (interno). El superyó
se forma merced a la introyección de las figuras parentales o de autoridad. La
introyección es tanto una defensa (contra la angustia provocada por la
separación) como un proceso normal que ayuda al sujeto a conquistar su
autonomía.
LIBIDO: deseo sexual; impulso o energía vital. Forma hipotética de
la energía mental que fluye hacia los procesos, estructuras y objetos psíquicos.
Se ha propuesto que la fuente de la libido es el cuerpo o el ello; y que ella
existe en relación con zonas erógenas específicas o estructuras psíquicas
libidinizadas. Al principio, Freud concibió la libido como una energía adosada
a pulsiones sexuales específicas. Más adelante sostuvo que la libido narcisista era investida en el yo,
o sea, que la libido originalmente adherida a los objetos parentales pasaba,
debido a la frustración, a estar adherida al yo. Al disminuir el apego con los
padres, aumenta la autoconciencia y el amor a uno mismo. Según esto, el yo se
convierte en su propio objeto.
NEUROSIS: originariamente se la consideró una enfermedad de los
nervios; más tarde se designó con este término las afecciones debidas a
perturbaciones funcionales del sistema nervioso no acompañadas de cambios
estructurales u orgánicos. El descubrimiento de Freud consistió en que la
neurosis es un trastorno de la personalidad, no una enfermedad del sistema
nervioso; que es un fenómeno provocado por un conflicto, y vinculado a la
frustración de alguna moción pulsional fundamental. Hay varios tipos de neurosis,
las que obedecen a: causas pretéritas; hábitos sexuales actuales; conmociones o
traumas; síntomas que son rasgos de carácter; y las psicosomáticas. Ejemplo: la
neurosis obsesiva. Las obsesiones son ideas o grupos de ideas que invaden
persistentemente la conciencia del paciente contra su voluntad, pese a que éste
reconoce su índole anormal. Los síntomas principales son las ideas obsesivas y
la conducta ritual compulsiva. Tales ideas difieren de las normales en que el
paciente las siente extravagantes, obscenas, carentes de espontaneidad,
repetitivas; y también su comportamiento es repetitivo, estereotipado,
limitado. La neurosis obsesiva gira en torno de la regresión a la etapa
anal-sádica y de la ambivalencia hacia los padres introyectados.
PSIQUE: originalmente, el
“alma”; desde el punto de vista psicológico, equivale a la mente o
aparato mental. Suele contrastárselo con el soma, el cuerpo, o con los factores
físicos generales.
PSIQUIATRÍA: rama de la medina que se ocupa de las enfermedades
mentales. A diferencia del psicoanálisis
(teoría y tratamiento terapéutico de las neurosis), la psiquiatría a)trata enfermedades de origen físico conocido
(p.ej., la senilidad, la deficiencia mental, etc.) ; b) emplea técnicas
distintas, como la terapia de electrochoque y las drogas, y c) tiende a
considerar que la enfermedad mental es ocasionada por factores físicos,
conocidos o no. Se define a la psicología
como la “ciencia de la mente” o, en la actualidad, como “la ciencia de la
conducta”; tiene numerosas especialidades: psicología experimental, social,
animal, industrial, etc. Puede decirse que una de sus especialidades es el
psicoanálisis.
PSICOSIS: término empleado tanto por la psiquiatría como por el
psicoanálisis para describir enfermedades mentales capaces de originar una
pérdida total del sentido de la realidad y del control de la conducta.
Contrasta con la neurosis, en que no está cuestionada la cordura del individuo.
La psiquiatría distingue entre las psicosis orgánicas, debido a enfermedades
orgánicas demostrables, y las psicosis funcionales, sin causa orgánica
aparente. Las tres psicosis funcionales que reconocen ambas especialidades son
la esquizofrenia, la psicosis maníaco depresiva y la paranoia. El psicoanálisis
considera a la psicosis como un trastorno narcisista intratable debido a la
imposibilidad de establecer la transferencia.
REGRESIÓN: reversión hacia canales expresivos del desarrollo
libidinal y yoico que corresponden a etapas infantiles, como consecuencia de la
fijación. Es también un proceso defensivo que procura evitar la angustia mediante el retorno a pautas de
conducta anteriores; no constituye una defensa viable, ya que obliga al
individuo a revivir la angustia propia del estadio al cual regresa. La
asociación libre puede considerarse una forma terapéutica “controlada” de
regresión, útil para la elaboración de la neurosis.
REPRESIÓN: mecanismo de defensa por el cual se vuelve inconsciente
un impulso o idea inaceptable. Proceso psíquico originado en los conflictos
entre el principio de placer y el principio de realidad. Los impulsos, recuerdos y emociones penosas que emanan de
conflictos y son arrojados al inconsciente permanecen activos e influyen de
modo directo en la experiencia y la conducta, produciendo síntomas neuróticos y
determinando los sueños (normales). El desarrollo del yo se basa en represión.
RESISTENCIA: oposición a la interpretación del analista durante el
proceso psicoanalítico de tornar consciente lo inconsciente.
SEXUALIDAD: Freud desbarató las ideas tradicionales sobre el sexo
al afirmar que: a) el comportamiento sexual del adulto tiene origen en su
infancia (pulsiones parciales, erotismo oral y anal), y que estos orígenes
contribuyen al desarrollo de la pulsión
sexual adulta y de la personalidad en su conjunto; y b) las pulsiones
sexuales infantiles y adultas, filtradas por la simbolización y la sublimación,
influyen en la conducta no sexual.
SUBLIMACIÓN: proceso psíquico por el cual las energías pulsionales
son descargadas en formas de conducta no pulsionales. Es el desplazamiento de
dicha energía a otras intereses menos
instintivos; la desexualización o el desprendimiento de la agresividad de la
emoción; la liberación de la actividad de las exigencias propias de la tensión
pulsional. Quizá pueda entendérsela mejor por la negativa: un paciente que
antes de su colapso neurótico tenía una mente inquisitiva (“devoradora”), luego
de él se vuelca a comer con exceso (regresión oral); o uno que se caracteriza
por su curiosidad intelectual se vuelca al voyeurismo. Estos ejemplos sugieren
que pueden sublimarese las pulsiones parciales pregenitales. La sublimación
depende del inconsciente.
SIMBOLIZACIÓN: “solo lo reprimido es simbolizado; sólo lo reprimido
necesita ser simbolizado”, dijo Ernest Jones en 1916. El desarrollo del yo
depende de la simbolización.
SÍNTOMA: resultado de una solución de compromiso entre el deseo
reprimido y la instancia represora (yo, superyó). La formación de síntomas en
la neurosis tiene características comunes con el trabajo onírico normal.
TRANSFERENCIA: desplazamiento al analista de sentimientos, ideas,
etc., que derivan de las figuras introyectadas por el paciente o de los objetos
que incorporó en su vida anterior. El desapego del analista (su renuncia a
“hacerle el juego” al paciente o a responder a sus expectativas) da lugar a una
“segunda neurosis”, en la que es posible formular interpretaciones de la
conducta del paciente hacia el analista como si este fuera su padre, madre,
hermano, etc. Esta es la decisiva neurosis de transferencia en la cual, al
volver conscientes las pautas de conducta inconscientes del individuo, se
reelabora su conflicto.
INCONSCIENTE: ¿pueden existir procesos
mentales de los que el sujeto no se percate? ¿No sería contradictorio, por
definición, hablar de procesos psíquicos inconscientes? Son preguntas o cuestionamientos
críticos que se han hecho al psicoanálisis. Freud respondió postulando dos
clases de procesos inconscientes: los que pueden ser fácilmente vueltos conscientes
y los que están sometidos a la
represión. Hay cosas que es sencillo rememorar; otras, como ciertas fantasías, deseos,
recuerdos penosos, existen pero sólo se pueden hacer conscientes luego de
eliminar determinadas resistencias. Sobre la evidencia de esto último, Freud
basó su hipótesis de un inconsciente dinámico
Extraído de: “Freud para principiantes” Autor: Richard
Appignanesi (2002). Era naciente.Bs.As
(Basado en la obra de Charles Rycroft, A
Critical Dictionary of Psychoanalys)
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